Se desplazó hasta la caja y pagó. Ya casi sentía el dulzor del chocolate blanco entre sus labios, el hielo frappé derretirse en su lengua y la suavidad de la crema invadiendo su interior; parecía que el muchacho que preparaba su anhelo tardaba mas de lo acostumbrado, como si estuviera haciendo una obra de arte, única y exclusiva, dedicado y concentrado.
El reloj marcaba ya las tres de la tarde y la afluencia de publico en el café había bajado considerablemente, se le acababa el tiempo y debía volver al trabajo; a esa oficina en lo alto de un edificio gris que se levanta en medio del centro de la ciudad.
Sintió como se erizaban los vellos de su cuerpo al recibir el vaso que esperaba; mas frío de lo que se imaginó en los minutos de espera. Con calma, se acercó a una mesita de madera, cerca del mesón curvo de donde sacó una bombilla envuelta en papel, algunos saquitos minúsculos de azúcar rubia y una par de servilletas, luego tomó asiento y quedó contemplativo mirando a través de las enormes ventanas del lugar. Afuera era diferente, el ritmo acelerado de un día gris y frío hacia caminar con suma rapidez a los transeúntes, mientras probaba a pequeños y tímidos sorbos su café, perdió luego por unos segundos la mirada en la crema, que como nieve, se colaba entre los pequeños cristales de azúcar y hielo que ascendían por la bombilla hasta su boca.
Luego de un instante volvió a mirar la hora; vio con sorpresa que ya faltaban solo diez minutos para las cuatro y debía volver a la rutina oficinesca, se quebró entonces su momento de paz. Se puso de pie, observó con nostalgia el entorno impregnado del olor de los oscuros granos, tomó su vaso y se dispuso a caminar. Empujó la puerta de cristal y de inmediato una brisa, aun mas fría que el café en su mano, lo invadió, su nariz, sus mejillas y sus labios desnudos se estremecieron, pronto su respiración se hizo visible. El contraste entre el amable calor del local y la calle helada lo hicieron dudar.
A las cuatro treinta su jefe lo vió entrar a la oficina con un humeante espresso en la mano.
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